Tiempo, tan rápido como llegas te vas, tan efímero, tan irreal, impalpable, una simple ilusión, nada más subjetivo. Aunque no sabemos describirlo con exactitud, lo vivimos, lo experimentamos, lo sentimos a cada instante, porque finalmente eso somos: una serie de momentos, un instante llamado eternidad; donde el tiempo no tiene formas ni colores, simplemente latimos con su pulso. Es una percepción de la mente, ¿para ti cuánto es mucho tiempo?
Se puede decir que a medida que crecemos, tenemos la sensación de que los años pasan más rápido, esto se debe a que cada año representa menos, proporcionalmente en el total de nuestra vida. Es así como van pasando los años y dejamos de tener conciencia del tiempo, viene un día tras otro… ¿qué estás haciendo con el tuyo? ¡DESPIERTA! El tiempo no es oro, ES VIDA.
Por eso es necesario huir de uno mismo cada cierto tiempo, perderse, levitar, volar, mudar de piel. Es esa monotonía en la que estás absorbido la que no te deja discernir un día de otro y es la culpable de hacer volar los años que vamos contando. Cada mañana vemos como el tiempo nace nuevamente, dando paso a una nueva luz y un nuevo ciclo, para volver a vivir.
Que no te sorprenda la vida antes de partir, forzándote nuevamente a sentir emociones… pues ahí viene la inevitable muerte recordándote que esto se acaba, así que toma todo lo que puedas antes de irte.
Y entonces, ¿qué le falta al tiempo?… más vida.
Que lindo escribes Valen, gracias por compartir tu inspiración con nosotros. La vida es un instante entre nuestra primera inhalación al nacer y la última exhalación al morir. El tiempo es tan relativo!!
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Linda Dianis ♥️ gracias por recibirlo con tanto amor!!!
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